Zapatillas, piedras, pinos.
Siliconas entre dedos, olor a monte,
sol, horizontes, apetitos.
Un avance suave acompasa
silencios prudentes, espera de nadas,
acogidas que llegan.
Regalos de aguas, trinos y aromas.
Hablan los susurros en lenguajes compartidos.
Junto a la banda sonora de manantiales incesantes,
brotan palabras y cantan ideas.
Caprichos vegetales reflejan sus formas.
Se funden los espejos en placeres secretos.
En los valles desprovistos de expectativas
se tejen tramas sorpresivas,
canciones templan las horas.
Más vale llegar a tiempo que rondar cien años.
Sin saber fecha ni anunciar acontecimiento
me he despertado en primavera.
©Yolanda Jiménez (Poema y fotografía)