Dar, recibir; amar, ser amado. Hay diferencias.
El que ama, ama; no hay formulas ni aprendizaje ni porqués ni paraqués. Es un sentimiento profundo, inexplicable, auténtico.
El que es amado, es el afortunado que recibe un tesoro. A veces ocurre que los vectores del amor no son bidereccionales. Cuando no hay reciprocidad, el que recibe no sabe o no puede sostenerlo.

(c) Yolanda Jiménez
En ambos casos, amar o ser amado, hay una barrera marcada por el miedo. Amar es algo maravilloso y mágico, un sentimiento que difícilmente podríamos controlar. Por lo que no tiene sentido reprimirlo, ya que más se sufre por intentar no amar a alguien que por amar.
A continuación recojo una publicación sobre este tema universal y dual, encontrado en: buenamente
Jamás se pierde por dar amor
Ya que al ofrecerlo con pasión, afecto y sinceridad te dignifica como persona. Mientras si no sabes recibir, apreciar ni cuidar ese hermoso regalo, es aquél quien tiene todas las de perder, ya que dejaría a una persona hermosa fuera de su vida.
Por eso, nunca te arrepientas de haber amado, aún cuando no hayas tenido suerte, ya que lo peor es no saber amar
Aunque pueda sorprenderte, la neurociencia también puede ayudarnos en esta materia, ya que nos explica por qué actuamos de cierta manera cuando estamos enamorados. Lo primero que debes saber, es que el cerebro humano nunca está preparado para las pérdidas, por esa razón sentimos sufrimiento.
Nuestra genética nos impulsa a conectar con los demás y a crear lazos emocionales
Así es como sobrevive la especie humana, «conectándose» con el resto, por esa razón, cuando sufrimos una pérdida, una separación e incluso un malentendido, nuestro cerebro recibe una señal de alerta.
Un aspecto bastante complejo de las relaciones afectivas es el modo en que enfrentamos las rupturas
Desde un punto neurológico, en el momento de una ruptura nuestro cuerpo empieza a liberar las hormonas del estrés, lo que nos lleva a experimentar lo que conocemos como «corazón roto».
No obstante, desde una perspectiva psicológica emocional, lo que sienten las personas es otra realidad
No solo se experimenta el dolor por la falta de esa persona amada, sino que sienten una pérdida de energía y motivación.
Es como si el amor y afecto dedicado se hubiese ido con aquella persona, dejándonos vacíos y marchitos
Entonces, ¿cómo atrevernos a amar de nuevo si lo único que quedó en nuestro interior es un mal recuerdo? ¡Aquí te explicamos cómo afrontar ese desamor!
¿Dar amor o evitar amar de nuevo?
Todos nosotros llevamos en nuestros hombros un compendio de historias pasadas, emociones vividas, miedos camuflados y amarguras. Pero cuando se inicia una nueva relación, nadie olvida todo lo que vivió con anterioridad.
Nadie jamás empieza de «0» en una nueva relación
Todos esos recuerdos permanecen en nosotros y el modo en que gestionemos nuestro pasado afectará la manera en que vivamos el presente.
Por supuesto, el hecho de haber vivido una infidelidad o simplemente una relación fallida, puede cambiar mucho en nosotros
Ya que dar amor por cierto tiempo, para luego quedarnos vacíos y no tener más que los recuerdos e ilusiones perdida, puede afectar seriamente nuestra personalidad.
Nunca falta aquel que se vuelve desconfiado
O que empieza a crear una gélida y dura coraza de aislamiento, porque creen que es «mejor no amar para no sufrir».
No obstante, es necesario que desechemos esa idea, ya que no es más que un lento proceso de autodestrucción
Jamás debemos arrepentirnos de haber amado
De haber arriesgado todo por esa persona. Ya que estos son actos que nos dignifican, nos hacen humanos y maravillosos.
La verdad es que «vivir es amar y amar es dar sentido a nuestras vidas a través de todas las cosas que hacemos»
Ya sea amar nuestro trabajo, aficiones, relaciones personales, románticas y más.
En cambio, si renunciamos a amar o nos arrepentimos de haberlo hecho
También renunciamos a la parte más hermosa y significativa de nosotros mismo.
¿Y cómo se sana el amor perdido?
De acuerdo a un estudio desarrollado por la Universidad de Londres, existen diferencias en cómo los hombres y mujeres afrontan una ruptura.
Tal parece que la respuesta emocional es muy distinta en ambos géneros
Las mujeres tienden a sentir mucho más el impacto de la ruptura, pero suelen reponerse mucho más rápido que los hombres.
En cambio, los hombres suelen aparentar estar bien y usar una máscara de fortaleza al refugiarse en sus ocupaciones
No obstante, no siempre logran superar esa ruptura o tardan años en hacerlo.
¿Por qué ocurre esto?
Aunque suene sorprendente, las mujeres disponen de mejores habilidades a la hora de gestionar sus emociones, lo que facilita el desahogo y las motiva a buscar apoyo. Incluso, pueden hallar el perdón y pasar página.
De cualquier forma, y más allá de los géneros, debemos dejar claro una cosa:
Ningún fracaso emocional puede vetar nuestra oportunidad de amar y ser felices de nuevo. Dejemos de ser esclavos del pasado y pensemos más en el futuro.
Otro cosa que debemos aclarar es que amar no es sinónimo de sufrir
No creemos esperanzas en una relación que sabemos que tiene fecha de caducidad. En ocasiones, una retirada a tiempo es mejor para nuestros corazones, ya que nos abre un montón de posibilidades.
Fuente: buenamente.co