«Mensajero exprés»… Una travesía erótica

 

Tus dedos sobre el timbre.

Mensajero exprés en la tarde de mayo.

Imán de cuerpos en química de pie.l

Olor primigenio. Esencia de vida libera su aroma.

Vista, tacto, oído, olfato, gusto.

Tus labios carnosos mezclan mis sabores.

Me resbalo entre tus manos poderosas.

Delicados dedos encordan mi cuerpo.

En ascenso sutil de cálida montaña.

Exploramos volcanes en ardientes senderos.

Suspendida en el cráter de mi abismo,

Abro mi puerta a tu caricia de savia.

Escalamos a dúo en sutil conexión.

Baile liviano de almas afines.

Navegantes de sueños sobre  mares etéreos.

 

 

Yolanda Jiménez.

 

 

El tiempo no se detiene

El tiempo no se detiene
La vida es una tarea que nos trajimos para hacer en casa.
Cuando uno mira… ya son las seis de la tarde; cuando uno mira… ya es viernes; cuando uno mira… ya se termino el mes,  cuando uno mira… ya se terminó el año; cuando uno mira… ¡ya se pasaron 30 o 30 años!
Cuando uno mira… ya no sabemos más por donde andan nuestros amigos.
Cuando uno mira… perdimos al amor de nuestra vida y ahora, es tarde ya para volver atrás.
No dejes de hacer algo que te gusta por falta de tiempo. No dejes de tener alguien a tu lado, porque tus hijos pronto no serán tuyos, y tendrás que hacer algo con ése tiempo que resta en donde lo único que vamos a extrañar será el espacio que sólo se puede disfrutar con los amigos de siempre. Ese tiempo que, lamentablemente, no vuelve jamás…
Es preciso eliminar «El DESPUES»….

Fotografía: Yolanda Jiménez

Después te llamo.
Después lo hago.
Después lo digo.
Después yo cambio.
Dejamos todo para Después como si el Después fuese lo mejor….

Por qué no entendemos que…
Después el café se enfría,
Después la prioridad cambia,
Después el encanto se pierde,
Después, temprano se convierte en tarde,
Después la añoranza pasa,
Después las cosas cambian,
Después los hijos crecen,
Después la gente envejece,
Después el día es noche,
Después la vida se acaba.

No dejes nada para Después,
porque en la espera del Después,
tú puedes perder los mejores momentos,
las mejores experiencias,
los mejores amigos,
los mayores amores.
El Después puede ser tarde.
El día es hoy.
YA NO ESTAMOS EN EDAD DE POSPONER NADA.

Ojala tengas tiempo para leer y  compartir este mensaje…. o sino déjalo para «Después»

 

Desconocimiento de uno mismo y sufrimiento. Una relación proporcional

 

«El desconocimiento de uno mismo provoca mucho sufrimiento superfluo». Esteban Fernández-Hinojosa es médico internista del hospital Virgen del Rocio de Sevilla. Médico de tradición y vocación humanista, su trabajo diario en una Unidad de Cuidados Intensivos le hace mirar todos los días cara a cara a la muerte y la angustia.

Hacía tiempo que queríamos hablar de temas considerados lóbregos y difícilmente abordables por una sociedad que intenta obviar todo lo que no puede digerir: la muerte, el dolor, la angustia… Por eso nos acercamos al doctor Esteban Fernández-Hinojosa, miembro de esa tribu cada vez más minoritaria que componen los médicos humanistas. Licenciado en Medicina y Cirugía por Facultad de Medicina de Cádiz (1985), optó por especializarse en Medicina Intensiva, por lo que durante casi 30 años ha tenido que vivir casi a diario situaciones extremas en las que la ciencia médica no es suficiente para sanar y consolar a personas que, en muchos casos, afrontan sus últimos días. De sus inquietudes humanísticas da buena prueba su blog, en el que practica un ensayismo muy pegado a las inquietudes del hombre y a los grandes retos de la medicina y la ciencia actual. Además, es autor de varios artículos y capítulos en revistas y libros de su especialidad. Actualmente, trabaja en el Hospital Virgen del Rocío.

-Cuidados intensivos… Debe ser duro.

-Muchísimo, no sólo por el esfuerzo físico e intelectual, sino porque tratas con un tipo de enfermo que está muy mal, que requiere un gran nivel de intervencionismo e invasividad…

-¿Se pierde sensibilidad hacia el sufrimiento?

-En absoluto, este trabajo te enseña que el ser humano no es sólo un cuerpo. Uno cae en la cuenta que hay otras dimensiones. He tenido la fortuna de poder acercarme a ellas y estudiarlas.

-¿Habla del alma?

-Hablo de la dimensión espiritual, social, cultural y ecológica del ser humano. Cuando se habla de una enfermedad se tiende a pensar sólo en la carne, cuando detrás de eso se esconden muchas otras cosas.

-El hombre actual niega la muerte, la esconde, hace como si no existiese.

-Hoy en día no tenemos razones para morir. La gran mayoría de las personas no se entregan a su vocación auténtica y, al final de su vida, siente que la han desperdiciado y que ya no tienen margen para recuperar el tiempo perdido. Eso produce en el moribundo una angustia. Sin embargo, el ser humano que se entrega a su vocación y la culmina encuentra razones para aceptar la muerte. Eso lo hemos olvidado hoy en día.

-¿Se sabe algo sobre lo que hay después de la muerte?

-La ciencia ni sabe ni puede saber qué hay tras la muerte. Desconocemos completamente qué ocurre. A partir de ahí, hay narraciones literarias y religiosas que pueden ayudar a salir de la angustia que supone ese desconocimiento.

-¿Una fe religiosa ayuda a aceptar la muerte?

-La creencia en el más allá puede ayudar a ciertas personas, pero no ocurre siempre. Volvemos a lo de antes: hay personas que tienen una fuerte fe religiosa que, por no haber desarrollado su vocación, llegan al final cargados de deudas y sienten la angustia de la muerte.

-Antiguamente existían los tratados del buen morir. Había una preparación para la muerte. Ya sé que suena un tanto extraño, pero quizás habría que recuperar algún tipo de enseñanza para afrontar ese momento decisivo y final.

-Ese concepto de «buen morir» es cristiano. La gran ayuda que da esta religión es la confesión de los pecados, que es una manera de redimir los errores y tranquilizar el alma. El problema es que antes había muchos creyentes sinceros, pero actualmente hay muy pocos.

-¿Alguien se le ha confesado en sus últimos momentos?

-El enfermo grave, cuando está lúcido, suele confesarse, aunque ya no se le llama así. Te comenta sus problemas, sus angustias, sus necesidades. Todo médico que muestre un poco de compasión -lo que ahora se llama empatía- lo ha experimentado alguna vez. Una de las obligaciones de un buen médico es estar ahí, escucharlo, estar a su lado…

-¿Y eso se enseña en las facultades de Medicina?

-No. Eso depende mucho de las inquietudes de cada médico, de tu propia trayectoria vital… La carrera de Medicina es meramente técnica y te enseña sólo patología, diagnóstico y tratamiento. Ni siquiera se trata la estructura antropológica del ser humano.

-En La casa encendida, Luis Rosales dejó escrito que «Las personas que no conocen el dolor son como iglesias sin bendecir». ¿El dolor imprime carácter?

-Tengo ese poemario recitado por él grabado en un CD. El dolor humano es natural, inexorable, porque la existencia es dura y, a veces, tenemos que beber del cáliz ácido de la vida. Este dolor, incluso, te puede ayudar a reflexionar y a crecer. Pero luego está ese otro sufrimiento superfluo que crea la mente, los miedos, los hábitos inconscientes que todos portamos y que son peligrosísimos. Ese sufrimiento no está al servicio del crecimiento del hombre, sino, muy al contrario, terminan por oscurecerlo.

-¿Y qué es lo que provoca ese sufrimiento superfluo?

-En general el autodesconocimiento de uno mismo. Todo ser humano, desde que nace, está calibrado por dos cuestiones fundamentales: su genética y su cultura. Esto va a determinar, sobre todo en los primeros años, los hábitos interiores de cada cual. Pero hay una tercera cuestión, la dimensión consciente, gracias a la cual uno es capaz de afrontar y explorar los miedos, las malas palabras que nos habitan porque un día nos las introdujeron. Podemos modelar ese mundo interior para afrontar con más deportividad la vida. Pero para eso es importante el autoconocimiento.

-¿Qué opina de la sedación extrema? Fue un debate muy candente hace no tanto.

-Ya Santo Tomás aprobaba que había que sedar al enfermo moribundo con dolor para mejorar su situación, aún sabiendo que como efecto colateral vendría la muerte. Lo que los teólogos del medievo no aceptaban, con razón, es sedar para producir inmediatamente la muerte. Ése es un capítulo muy delicado y difícil de entender. Evidentemente, el final de la vida hay que afrontarlo de la mejor manera que conozcamos en cada momento. En ese sentido, he de decir que la Ley Andaluza de Limitación del Esfuerzo Terapéutico es muy avanzada y positiva, porque cuenta con el paciente y sus inquietudes, y obliga al médico a consultar con la familia y su equipo, incluida la enfermería. Es asombroso el grado de delicadeza con el que se trata en Andalucía el final de la vida, al menos en el lugar donde yo trabajo, el Hospital Virgen del Rocío.

-¿Y la eutanasia?

-No me parece correcta. Probablemente, en esto intervienen mis creencias, mi educación, mi entorno íntimo. Pero insisto, el modelo actual andaluz es de lo mejor que hay.

-¿Sirve para algo el dolor? Nos hemos criado en una religión en la que hay personas que glorifican el dolor… Lo consideran purificador…

-Al final de la vida, cuando el ser humano está en sus últimos momentos, el dolor tiene poco sentido. Por lo que he visto y vivido, el dolor no tiene un sentido trascendente.

-¿Y científicamente, podemos ya evitar el dolor a cualquier persona en estado terminal?

-El dolor y la asfixia, que son los dos grandes problemas de la agonía, ya se pueden paliar muy bien mediante la sedación y la analgesia disponible.

-Siento la deriva lúgubre de esta primera parte de la conversación, pero no siempre se puede hablar de las rosas. Usted pertenece a ese grupo cada vez más minoritario d e los médicos humanistas.

-El humanismo es absolutamente necesario en la profesión médica. Cuando llevas treinta años viendo enfermos te das cuenta de que hace falta algo más que la tecnociencia. El ser humano necesita recuperar la medicina de los hombres libres, médicos que sean capaces de acompañar a las personas en momentos de gran tribulación. El hombre actual se ha quedado a la intemperie y necesita de estas cosas.

-Me consta que es usted un lector voraz. El médico es una de las grandes figuras de la literatura de todos los tiempos. También han existido grandes médicos escritores.

-En España hay dos grandes figuras indiscutibles al respecto: Marañón y Pío Baroja…

-Pero Pío Baroja, al contrario que Marañón, huyó de la Medicina…

-Sí, pero su condición de médico enriquece toda su obra. Si se lee entre líneas, uno se da cuenta de que siempre está presente.

-¿Y Chéjov, el médico-escritor por excelencia?

-La poética de su narrativa me llama especialmente la atención. Aunque no de forma explícita, su obra recoge muy bien las distintas dimensiones del hombre de las que hablábamos antes. Habla del ser humano en toda su amplitud antropológica, y eso es importante para un médico.

-Un gran libro sobre la agonía y la angustias del fin es La muerte de Ivan Ilich, de Tolstoi.

-Sí, es un libro que recoge muy bien la necesidad de solucionar ciertos problemas antes del fin de la vida. Es de lo que trabábamos antes.

-¿Pasamos demasiado tiempo en los hospitales?

-Sí, se ha patologizado la fisiología…

-Explíqueme eso.

-Al mínimo disconfor, al mínimo dolor, queremos ser vistos por el médico para que nos mande un tratamiento: píldoras para un pequeño dolor, píldoras ante el estrés, píldoras para ir al cuarto de baño, píldoras para dormir… Se abusa de la medicación. Queremos dormir, olvidar, estar siempre en el más completo confort… Pero al estar empastillado uno se introduce en la dimensión del sueño y no tiene capacidad de reflexión, de saber por qué tiene insomnio, de por qué está estresado, porque sus intestinos están descompensados…

-¿Y qué hacer?

-Como decía Pascal, el individuo debe ser capaz de estar tranquilo en su habitación, sentado en una silla, sin moverse, durante un buen rato. Reflexionar sobre sí mismo.

-La vida laboral de hoy no permite ese relax, exige una continua tensión.

-Eso es cierto, las circunstancias son las que son. Pero hay que saber enfrentarse a ellas, recapitular continuamente y saber cuando hay que cambiar.

-Qué opina del mindfulness, esa técnica de relajación tan de moda en la actualidad. Algunos dicen que es autoayuda de garrafa.

-He estudiado los trabajos científicos sobre el mindfulness y puedo decir que avalan esta técnica. Sencillamente, el mindfulness es una técnica que te ayuda a pararte, a focalizar la atención sobre la respiración y el latido del corazón. Esto tiene unas repercusiones neurológicas muy positivas, lo cual está absolutamente comprobado científicamente y publicado.

-Saber prestar atención…

-Históricamente no hemos valorado la atención, cuando la atención es la gran virtud del ser humano elevado. Lo que diferencia a un hombre sabio de otro que no lo es es su capacidad de atender lo que tiene entre manos. El mindfulness enseña a no tener la mente dispersa, que es cuando se cometen los errores. El sentido último de la palabra pecado es «la mente que comete errores». El sentido último de los ejercicios espirituales de todas las religiones no es poner la mente en blanco, algo que no se puede hacer, sino concentrar toda la atención en un punto. Toda la tradición psicoanalítica está centrada en localizar las sombras, los problemas interiores, las heridas, simplemente atendiendo a ellas. Ahora bien, otra cosa es el mercadeo que se ha organizado alrededor del mindfulness.

-Actualmente están causando furor libros como Biografía del silencio, de Pablo d’Ors.

-Tengo una cierta amistad con él. D’Ors recupera, de alguna manera, la tradición del Monte Athos: el silencio, la meditación, la respiración… En su Biografía del silenciobusca, en primer lugar, aquietar la mente, centrar la atención; en segundo, aquietar el cuerpo, relajarlo, y, en tercer lugar, atravesar las sombras, ponerse en contacto con el interior, con las heridas, con los problemas de vínculos y relaciones….

-¿Pero cuáles son esas sombras?

-Normalmente están vinculadas a las relaciones que hemos tenido con las personas que nos han acompañado: padres, hermanos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo… La calidad de esos vínculos son los que determinan en gran parte las heridas que portamos, las sombras que desencadenan la ira, el rencor… que nos llevan a la enfermedad. El significado profundo de la palabra salud es «salvación». Es imposible vivir en paz con esas heridas.

Por:Luis Sánchez Moliní

Publicado en: http://www.diariodesevilla.es

No pidamos lo que no nos quieren dar

 

Podemos pasarnos la vida pidiéndole a los demás que se ajusten a lo que nosotros queremos o esperamos que hagan, inclusive podemos llegar a exigírselos, sin detenernos a pensar que si no nace de manera espontánea no tiene el mismo valor.

Los compromisos se asumen desde el corazón, haciéndonos conscientes de nuestras responsabilidades y siendo coherentes con lo que deseamos en la vida. Hay cosas por las cuales nos costará un tanto más responder, pero debemos entender que cada una de nuestras acciones ha generado una consecuencia y que éstas pueden vincularnos a situaciones que no contemplábamos o que preferíamos algún otro escenario.

Sin embargo, hay muchas maneras de hacer las cosas, podemos hacerlo con incomodidad, con frustración, con desgano o con la mejor actitud posible, que nos permita dar algo que no nos satisface del todo sin desgastarnos energéticamente.

 

Para ello es necesario poner nuestro corazón en cada acción, aprendiendo de nuestras acciones, guardando en nuestro disco duro cualquier información que nos permita decidir con mayor experiencia y sembrar en lo que nos queda por recorrer solo las semillas de aquello que queremos cosechar.

Si nos hemos metido, voluntariamente o no, en una situación que amerita de nuestra atención, de nuestras acciones o de alguna manera demande de nosotros lo que no queremos ofrecer, pero sabemos que debemos hacerlo, lo primero será entender el porqué de esa situación y cambiar la manera de mirar aquello, que no represente una obligación, sino que aceptamos que la vida nos responde con lo que hemos hecho y debemos acatar un rol con la convicción de que estamos dando lo mejor, dejando las predisposiciones a un lado y tratando de emanar lo que demos desde nuestra propia esencia.

No podemos exigirle a otra persona lo que no sabe o no quiere dar, el amor, la empatía, la solidaridad, el tiempo… son cosas que se dan desde el corazón, que no se piden, que nacen de forma espontánea, porque no corresponden a un proceso racional, sino que corresponden a lo que el corazón expresa. Lo que podemos hacer es cuidar lo que entregamos, lo que damos de nosotros mismos, procurando aportar siempre lo mejor y por leyes universales es muy probable que eso sea lo que recibamos.

Entenderemos la diferencia entre recibir de manera natural y exigir cuando nos encontremos en el primer escenario, donde todo fluye y nutre de manera natural y colma de bienestar. Para pretender que otra persona nos dé de sí mismo sin exigirlo, lo primero que debemos hacer es amarnos incondicionalmente y saber qué es lo que merecemos en nuestras vidas.

 

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

 

 

 

Castigar con silencio

 

«Castigar con silencio es más peligroso que con palabras. Y se hereda de padres a hijos»

«Las palabras son poderosísimas. Pueden llegar a determinar el rumbo de nuestro pensamiento, nuestra actitud ante la vida e incluso, nuestra salud y longevidad». Esa es la teoría de Luis Castellanos y su equipo, expertos en neurociencia, y autores del libro «La Ciencia del lenguaje positivo». En él plantean que el uso de determinadas palabras (o la ausencia de estas) en el día a día puede suponer la diferencia entre el éxito y la derrota en cualquier ámbito. «El lenguaje nos permite gestionar nuestra propia inteligencia», asegura. «Si nos parece normal dedicar todos los días un tiempo a cuidar nuestro cuerpo, a asearnos, vigilar nuestra dieta o hacer algo de ejercicio, ¿por qué no dedicar también a cuidar cada una de nuestras palabras?», se pregunta Castellanos.

—La mayoría de nuestros deseos están centrados en mejorar nuestras circunstancias, pero estamos lejos de plantearnos mejorar nuestro lenguaje: así somos, así hablamos.

—El lenguaje refleja nuestra existencia, nuestra historia, nuestras esperanzas. El lenguaje es un espejo de cómo somos. Cuando somos conscientes de nuestras palabras nos damos cuenta de que no vemos el mundo tal y como es, sino tal y como hablamos. Por eso quizá cambiando el enfoque de ese espejo también podremos enfocarnos de otra manera, cambiar, ambicionar cosas más grandes, una vida mejor, con más bienestar, más alegría y más salud.

—¿Cómo podemos cambiar el uso de las palabras?

—Habitando las palabras. Hablar es habitar el mundo. Deberíamos hacernos cargo de nuestros vocablos, de su destino. Un buen ejercicio es intentar identificar las palabras que queremos que adquieran importancia en nuestra vida, aquellas que queremos «habitar». Nos referimos a esas que te ayudan a crecer, que son las que deberíamos compartir, las que nos ayudan a transformar nuestras vidas y a dar lo mejor que tenemos a las personas que nos rodean.

—¿Por qué es tan importante buscar ese lenguaje positivo?

—Esta científicamente comprobado que el lenguaje positivo busca evolutivamente dirigir nuestra atención y nuestra voluntad hacia el aspecto favorable de las cosas y de la vida. Tomar conciencia de nuestro lenguaje es fundamental para escribir nuestro destino. Es más, las palabras influyen en nuestra posibilidad de supervivencia, ya que la expresión de emociones positivas hace que nos fijemos, que prestemos atención, a aquellos estímulos físicos y mentales que cada vez son más relevantes para llevar una vida duradera, plena y con el mayor grado de felicidad posible. Somos unos firmes convencidos de las funciones vitales del lenguaje positivo en nuestra mente ejercen una influencia creativa en las decisiones más profundas que tomamos. Nuestras decisiones lingüísticas crean nuestra historia.

—¿Palabras son hechos?

—Palabras son hechos siempre. Tanto si haces lo que has dicho que vas a hacer, como si no lo haces. En el primer caso estarás mostrando un estilo de acción que genera confianza, mientras que en el segundo caso tu estilo de acción generará otro tipo de respuestas. Este es el poder de las palabras.

—También en el sentido negativo. La pareja, los padres, o los hijos son los que suelen soportar los efectos devastadores del lenguaje de la ira. Es lo que José Luis Hidalgo, coautor del libro, ha denominado el «Hulk en casa».

—Esto es así. El enfado desmesurado se propaga con mayor facilidad en los entornos íntimos. Se trata de una cuestión de confianza, y hacemos uso de ello. Las mayores muestras de enojo las solemos cometer en casa, ese terreno que sabemos seguro y donde no hay que fingir. Después del enfado sabes que nadie se irá de casa, que te seguirán queriendo, y que todo quedará en un hecho puntual. Sin embargo, a menudo maltratamos a las personas que nos quieren bien con nuestros gestos indisimulados de fastidio, con nuestro lenguaje descuidado, con palabras hirientes.

—Sabemos entonces que descuidamos los entornos más queridos pero, ¿qué podemos hacer para evitarlo? ¿Cómo podemos reconocer y reconducir estas reacciones exageradas ante hechos insignificantes?

—Hay dos momentos clave para nuestro entrenamiento. Uno tiene que ver con «cómo llegamos a casa», y el segundo, con reconstruir o reparar lo que inconscientemente, hemos dañado.

—¿Qué puedes hacer en lo relativo a «cómo llegas a casa»?

—Es importante realizar un pequeño acto, una señal de respeto, frente a la puerta de entrada, que puede consistir en respirar antes de girar completamente la llave. Es un simple gesto con el que asumir que accedemos a otra energía, a un escenario con otro ritmo, y que al cruzar el umbral de la misma nos vamos a incorporar a un nuevo espacio. Físicamente tiene que ver con la pausa, con un momento de silencio que aprovechamos para observar, para ver de verdad a las personas que nos esperan.

—Pero, ¿cómo reparamos los daños una vez que Hulk ha hecho estragos?

—En este caso es importante cuidar nuestro diálogo interior y no culpabilizarnos en exceso. Solemos tratarnos duramente cuando perdermos los papeles, lo pasamos mal precisamente por haber hecho que lo pasan mal los demás, renegamos más de la cuenta y alargamos innecesariamente la reflexión sobre las causas de nuestro comportamiento. Pensamos que así podremos curar las heridas cuando es precisamente lo contrario. Para enfrentarnos a los daños causados por nuestra ira podemos decir: «devuélveme lo que te he dicho, no era para tí».

—Igual que las palabras curan, dicen ustedes en su libro que el silencio es asesino y que se hereda de padres a hijos.

—En efecto. Castigar con el silencio es más peligroso que con palabras. El silencio es asesino, y se hereda de padres a hijos. Es un pozo sin fondo porque cuando se intenta salir ya no hay marcha atrás, se trata de un camino sin retorno cierto. Pertenece a la familia de la ira, pero puede ser más dañino que ella. Es casi imposible mentir cuando se habla enfadado, lo decimos mal, pero decimos lo que pensamos.

—¿Qué hacer con esta variable tan temida de la ira?

—Nosotros hemos identificado una cosa que se puede utilizar para romperlo: el tacto. Con el tacto surge… la palabra. Una cosa lleva a la otra. Lo hemos comprobado muchísimas veces en las formaciones que solemos impartir: a los alumnos les privamos de vista, los dejamos sentados en soledad y se callan. Entonces, les damos la mano de un compañero, da igual de quién sea, y empieza la conversación. Siempre obtenemos el mismo resultado. Sin duda, el tacto es la antesala del lenguaje verbal, de la comunicación fluida y sincera, es el gran desatascador de las relaciones humanas.

 

 

Por: Carlota Fominaya.

Publicado en : www.abc.es

 

Frases de psicología. Una selección selecta

 

A lo largo de la historia han sido muchos los psicólogos que han marcado una época y que, gracias a sus descubrimientos, han influenciado a otros profesionales de esta disciplina.

Tanto por su innovadora manera de pensar como por su sus aportaciones a la ciencia psicológica, éstos son y siguen siendo referencia en los distintos campos que la psicología abarca: psicología clínica, psicología social, psicología educativa, etc.

 

Las 29 mejores frases sobre psicología. Una selección de las mejores frases pronunciadas por los psicólogos más importantes de los últimos tiempos:

 

1. Supongo que es tentador tratar

todo como si fuera un clavo, si la única herramienta que tienes es un martillo (Abraham Maslow)

Abraham Maslow es considerado el padre de la corriente psicológica llamada humanismo. Ha influenciado a distintos teóricos, pero posiblemente es recordado por su teoría de las necesidades humanas: La Pirámide de Maslow. Con esta frase, Maslow nos recuerda que debemos tener una mentalidad flexible porque, de lo contrario, cometeremos siempre los mismos errores.

2. Cuando miro el mundo soy pesimista, pero cuando miro a la gente soy optimista (Carl Rogers)

Otra referencia de la psicología humanista es Carl Rogers, que hizo grandes aportaciones a la psicoterapia. Con esta frase nos recuerda que el mundo puede ser un lugar hostil. Así que no pasa nada, porque todos, incluso nosotros mismos, tenemos problemas. Es algo normal y lo importante es afrontar estas situaciones con ánimo positivo.

3. Una mente no puede entenderse sin la cultura (Lev Vygotsky)

El psicólogo ruso Lev Vygotsky es uno de los grandes psicólogos del aprendizaje. Ni la mente ni el aprendizaje pueden entenderse sin la cultura, pues ésta tiene una gran influencia en nuestro desarrollo.

4. La desaparición del sentido de responsabilidad es la mayor consecuencia de la sumisión a la autoridad (Stanley Milgram)

Stanley Milgram contribuyó notablemente a la psicología social gracias a sus investigaciones sobre la obediencia a la autoridad y esta frase fue expresada en sus conclusiones, puesto que Milgram consideraba que el sentido de la responsabilidad desaparecía fruto de la sumisión a la autoridad.

5. Nunca te enseñaron cómo hablar con tus gestos, pero si fuiste enseñado a hablar con palabras (Paul Ekman)

Paul Ekman nos recuerda que a lo largo de nuestro aprendizaje nos han enseñado a hablar con palabras y nos han enseñado a desarrollar el lenguaje verbal. Sin embargo, durante nuestro desarrollo, los agentes educativos han prestado poca importancia al aprendizaje de los gestos; a la comunicación no verbal.

citaspsicologia culturainquieta5

6. Si no creemos en la libertad de expresión para la gente que despreciamos, no creemos en ella en absoluto (Noam Chomsky)

Uno de los psicolingüistas y pensadores más importantes del momento, Noam Chomsky, nos recuerda que es fácil respetar las opiniones de los que nos caen en gracia. Pero no ocurre lo mismo con la gente que no es de nuestro agrado.

7. El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al alterar sus actitudes mentales (William James)

Aunque William James ya lo decía en su día, en la actualidad nos repiten constantemente que la actitud marca la diferencia en nuestros resultados. Nuestra actitud marca la diferencia a la hora de relacionarnos con los demás o luchar por nuestros objetivos.

8. Tú eres aquello que haces, no aquello que dices que harás (C.G. Jung)

Tus acciones determinan aquello que eres, no tus palabras. Esta frase es interpretable en distintos contextos. Por ejemplo, en las relaciones amorosas, cuando prometes pero no cumples; o cuando quieres lograr algo en la vida, pues puedes tener muchas ideas, pero si no pasas a la acción, se quedaran en eso, en ideas,

9. Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas (Sigmund Freud)

Hoy en día la inteligencia emocional está de moda, porque si no gestionamos bien nuestras emociones, nuestro bienestar se ve afectado negativamente. Sigmund Freud ya sabía esto, y por eso nos quería hacer entender que si no gestionamos correctamente nuestras emociones, al final salen a la luz con más fuerza.

10. Las personas que creen que tienen la facultad de ejercer cierto grado de control sobre sus vidas son más saludables, más eficaz y más éxito que aquellos que no tienen fe en su capacidad para llevar a cabo cambios en sus vidas (Albert Bandura)

Albert Bandura es uno de los más distinguidos psicólogos. Sus aportaciones, como por ejemplo en lo que se refiere al aprendizaje por observación, han marcado un antes y un después en la psicología. Con esta frase hace clara referencia a su teoría de la autoeficacia, en la que explica que las personas que creen en sí mismas tienen mayores probabilidades de lograr el éxito en las metas que se han marcado.

Conoce más sobre este afamado psicólogo y psicopedagogo ucraniano-canadiense en nuestros artículos:

La Teoría del Aprendizaje Social de Albert Bandura
La Teoría de la Personalidad de Albert Bandura
Albert Bandura, galardonado con la Medalla Nacional de la Ciencia

11. Si un individuo es pasivo intelectualmente, no conseguirá ser libre moralmente (Jean Piaget)

Piaget fue un psicólogo, biólogo y epistemólogo nacido en Suiza que pasó a la historia por su teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia. Para Piaget, desde pequeños somos exploradores y vamos construyendo nuestros propios esquemas mentales en la interacción con el mundo.

citaspsicologia culturainquieta2

12. Nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante (Ivan Pavlov)

Ivan Pavlov fue un fisiólogo ruso que, tras sus experimentos con perros, contribuyó notablemente a la corriente psicológica llamada conductismo, concretamente al condicionamiento clásico. Con su frase nos dice que hay que ser humildes y seguir aprendiendo cada día.

Te invitamos a que leas nuestro post sobre el condicionamiento clásico en el siguiente enlace:

El condicionamiento clásico y sus experimentos más importantes

13. Todas las personas hablan de la mente sin titubear, pero se quedan perplejos cuando les piden que la definan (B.F. Skinner)

B. F. Skinner nos quiere decir con esta frase que la mente es sumamente compleja. ¿Quizás por eso se centró solamente en la conducta observable en sus experimentos? Sea lo que sea que llevó a Skinner a realizar sus investigaciones con ratas, sus conclusiones han sido de gran utilidad tanto para psicología como para la educación.

14. Soy lo que sobrevive de mí (Erik Erikson)

Este psicoanalista de origen alemán nos recuerda con esta frase que somos lo que aprendemos. Es decir, que lo que sobrevive en nosotros a través de la experiencia, nos convierte en lo que somos. Un gran teórico que formuló la Teoría del Desarrollo Psicosocial.

15. Incluso cuando no es completamente alcanzable, nos convertimos en mejores al intentar perseguir una meta más alta (Viktor Frankl)

Tener objetivos y metas que perseguir es sano y favorecer al bienestar de una persona. No solo esto, sino que es motivante y da sentido a la vida.

¿Sabes quién es Viktor Frankl? Échale un vistazo a su biografía pinchando aquí.

16. El mensaje enviado no es siempre el mensaje recibido (Virgina Satir)

Virginia Satir es una de las psicólogas más influyentes de la historia. Esta frase expresa un principio innegable: cuando interactuamos con alguien, tenemos que tener en cuenta su punto de vista y no solo el nuestro, puesto que el otro interlocutor tiene su propia visión del mundo. Lo que para nosotros puede tener mucho sentido, para él no.

citaspsicologia culturainquieta6

17. La mayoría de actos sociales deben ser entendidos en su contexto, ya que pierden significado si son aislados (Solomon Asch)

Las personas somos seres biopsicosociales y, por tanto, el contexto es importante en influye en cómo actuamos. Hay psicólogos que afirman que la gente no es ni buena ni mala, es la situación lo que nos hace buenos o malos.

18. Si una persona ama solo a una persona y es indiferente ante todos los demás, su amor no es amor, sino apego simbiótico o egoísmo ampliada (Erich Fromm)

Cuando estamos enamorados de alguien, daríamos la vida por esa persona. Esto puede hacernos parecer grandes personas, pues nos desvivimos por ese otro. Pero incluso las personas más egoístas pueden perder la cabeza por alguien y parecer personas entregadas. En el fondo, lo único que quieren es satisfacer sus propios deseos.

citaspsicologia culturainquieta7

19. Los objetivos transforman un paseo aleatorio en una persecución (Mihaly Csikszentmihalyi)

Tener objetivos en la vida y metas que perseguir nos motiva y hace que el viaje sea ilusionante. Mihaly Csikszentmihalyi es una de las grandes figuras de la psicología positiva y es conocido por el concepto de zona de confort.

20. Existe correlación negativa entre recuperación y terapia psicológica: a más terapia psicológica, menor recuperación del paciente (Hans Eysenck)

Hans Eysenck es, sin duda, uno de los psicólogos más importantes del estudio de la personalidad. Nacido en Alemania pero afincado en el Reino Unido, llevó a cabo muchas investigaciones. Para Eysenck, no es mejor hacer más sesiones de terapia. Sino que lo importante es la calidad de las sesiones y que el paciente este dispuesto a cambiar. Conoce la Teoría de la Personalidad de Hans Eysenck pinchando en este enlace.

21. Todo lo que merece la pena enseñar puede ser presentado de distintas maneras. Estas múltiples maneras pueden hacernos utilizar nuestras inteligencias múltiples (Howard Gardner)

Howard Gardner es conocido por su Teoría de las Inteligencias Múltiples. Una teoría que sugiere que los seres humanos poseemos distintos tipos de inteligencia, y no solamente una inteligencia unitaria. Por tanto, es crucial que estas inteligencias se desarrollen a través de la enseñanza.

22. No estoy en esta vida para cumplir las expectativas de otras personas, ni siento que el mundo deba cumplir las mías (Fritz Perls)

Para Fritz Perls, un individuo debe centrarse en uno mismo y luchar por lo que le hace feliz, en vez de pensar en lo que los demás piensen de ellos.

Puedes leer la biografía de Fritz Perls aquí.

23. Un prejuicio, a diferencia de una idea equivocada, es activamente resistente en todas las pruebas que lo intentan desmentir (Gordon W. Allport)

Los prejuicios nos convierten en personas con poca flexibilidad mental y no nos permiten ser realistas, tal y como nos recuerda Gordon W. Allport, un reconocido psicólogo social.

24. Si quieres entender algo de verdad, intenta cambiarlo (Kurt Lewin)

Kurt Lewin, un afamado psicólogo de la Gestalt que ha influenciado a muchos profesionales de la psicología con su teoría sobre los tipos de liderazgo, nos recuerda que las situaciones complicadas que nos llevan al cambio, son realmente enriquecedoras porque nos ayudan a aprender.

25. Solo la liberación de la capacidad natural del amor de un ser humano puede contrarrestar su destrucción sádica (Wilhelm Reich)

Solo hay que echar un vistazo alrededor para ver lo destructivo que puede llegar a ser el ser humano. Ahora bien, el ser humano también puede ser una persona amorosa y considerada. La clave se encuentra en la educación.

26. Sigue a tu corazón pero lleva contigo a tu cerebro (Alfred Adler)

Está bien seguir lo que tu corazón te dice, porque eso te hará feliz. Ahora bien, hay que usar la cabeza y no dejarse llevar por todo lo que corazón te dice, porque puede estar equivocado.

citaspsicologia culturainquieta1

27. La frontera entre lo bueno y lo malo es permeable y cualquiera puede cruzarla cuando es presionada por las fuerzas de la situación (Anónimo)

Es muy fácil decir que alguien es buena persona cuando lo tiene todo en esta vida. Pero cuando la situación nos es favorable, los seres humanos podemos ser personas hostiles.

28. Lo que un niño puede hacer al cooperar hoy, podrá hacerlo sólo mañana (Lev Vygotsky)

En sus investigaciones, Lev Vygotsky prestó mucha importancia al aprendizaje cooperativo. Este tipo de aprendizaje aporta muchos beneficios para el desarrollo y el aprendizaje de los más pequeños (y también los mayores).

29. Cuando nos tomamos un tiempo para darnos cuenta de las cosas que nos van bien, significa que estamos recibiendo pequeños premios a lo largo del día (Martin Seligman)

Es frecuente que nos pasemos el día rumiando, pensando en el futuro y en todo lo que podemos conseguir. Pero si nos centramos en el presente y valoramos lo que tenemos y lo que hemos logrado, esto nos hará sentir realmente bien.

 

Fuente: culturainquieta.com

Por Juan Armando Corbin. Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Máster en Recursos humanos y experto en comunicación empresarial y coaching.

Vía Psicología y Mente

Física cuantica y Budismo

Alan Wallace, científico: “El budismo y la física cuántica dicen lo mismo”

En 1997 traduje una conversación entre el Dalai Lama y un eminente físico experimental austriaco, Anton Zeilinger, que le explicaba al Dalai Lama que cuando en la física cuántica investigas la naturaleza de una partícula elemental, como un electrón, no la encuentras, está vacía. Es decir, que el electrón sólo existe en relación con el sistema de medición y el observador, no es posible observar un sistema sin perturbarlo».

 «Tengo 58 años, nací y vivo en California, estoy casado y tengo una hijastra. Estoy licenciado en Física, soy doctor en Filosofía de la Ciencias y Estudios Religiosos y fui ordenado monje por el Dalai Lama . La Física Cuántica y el Budismo dicen lo mismo, soy liberal y budista. A los 20 años me dediqué a viajar por Europa, lleno de preguntas existenciales, tropecé con el libro tibetano de La Gran Liberación, que trata sobre la naturaleza de la mente, y quedé asombrado», dice Alan Wallace, físico y PhD

¿Hasta qué punto?

Estudié el idioma tibetano para poder estudiar budismo, me compré un billete de ida a India y acabé siendo ordenado monje por su santidad el Dalai Lama.

¿Entonces lo de la física vino después?

Tras 14 años viviendo con los tibetanos, estudiando budismo y meditando, decidí integrar esos estudios en la física. El budismo se ocupa del conocimiento de la realidad, no está apegado a creencias religiosas; y para ahondar en la realidad se necesita la física.


Entonces, ¿la física ha completado su visión budista del mundo?

Sí. La fortaleza de la ciencia, con la tecnología y la matemática, no la encuentras en el budismo; pero el budismo tiene un método muy sofisticado para investigar y observar directamente la mente; en eso la ciencia occidental es muy débil.
Leyes de la física cuántica ya fueron expuestas hace 2.000 años por el budismo.
En 1997 traduje una conversación entre el Dalai Lama y un eminente físico experimental austriaco, Anton Zeilinger, que le explicaba al Dalai Lama que cuando en la física cuántica investigas la naturaleza de una partícula elemental, como un electrón, no la encuentras, está vacía. Es decir, que el electrón sólo existe en relación con el sistema de medición y el observador, no es posible observar un sistema sin perturbarlo.
¿Y qué dijo el Dalai Lama?
“¡Sorprendente!, ¡¿cómo puedes haber llegado a este descubrimiento sin conocer el camino de en medio o su escuela filosófica, el madyamika?!”. Zeilinger se quedó atónito y preguntó: “¿Qué es el madyamika?”.
Entonces el Dalai Lama explicó que para el budismo el yo, como tal, no existe, ya que aquello que denominamos compulsivamente mi yo está permanentemente cambiando; pero Arya Nagarjuna fue todavía más allá.
¿El fundador de la filosofía madyamika?
Sí, una línea particularmente avanzada dentro del budismo, fundada alrededor del año 200 de la era cristiana, y que sirvió de fundamento filosófico para la principal rama del budismo actual, el mahayana.
¿Cuál fue ese paso más allá?
Pura cuántica: negó la existencia independiente no sólo del yo, el observador, sino también del objeto, el observado; e incluso de la observación misma. El término madyamika deriva directamente del que empleó Nagarjuna para referirse al camino de en medio, aludiendo al espacio entre el nihilismo y el materialismo.
¿Y qué dijo Anton Zeilinger?
“¡Esto es sorprendente!, ¡¿cómo puedes saberlo sin conocer nada de física cuántica?!”, e invitó al Dalai lama a su laboratorio en Austria. Allí observé algo muy interesante…
Cuente, cuente…
La tecnología que tenía Anton, los budistas no la tienen; los experimentos que ellos llevan a cabo, los budistas no los hacen. Pero los budistas practican samadi, que es una alta concentración en un solo punto, un método contemplativo para investigar la mente y los fenómenos objetivos.
¿Y así llegan a la misma visión que los físicos cuánticos?
Exacto, pero los budistas hacen una aplicación práctica: al darte cuenta de que nada existe independientemente, ni los átomos, ni las personas, ni las culturas…, brota naturalmente la compasión.
¿Usted cree?
Mi bienestar está relacionado con tu bienestar; mi sufrimiento, con tu sufrimiento. Pretender buscar mi felicidad y mi seguridad como si yo fuera una isla es una estupidez. De esta sabiduría viene el altruismo, y ahí es donde budismo y ciencia se separan, porque el altruismo no es común en la ciencia.
¿Qué se estudia en su instituto?
La conciencia desde la óptica de la ciencia, el budismo, y la psicología conductual; el conocimiento de la mente, el origen del pensamiento, la naturaleza de la conciencia. Investigamos en temas muy prácticos, por ejemplo, cómo calmar las emociones destructivas: desórdenes hiperactivos y déficit de atención.
Muy comunes.
Junto con un equipo científico de la Universidad de California hicimos un estudio que ha durado siete años sobre cómo cultivar el dominio emocional. Entrenamos con meditaciones budistas esenciales durante 45 horas a maestras de escuela aquejadas de estrés, ansiedad, depresión e insomnio. Los síntomas desaparecieron y cinco meses después seguían sin reaparecer. Otro experimento significativo ha sido el proyecto Shamaka.
¿Eso es un tipo de meditación?
Sí, para obtener mayor concentración. Organizamos un retiro de tres meses con 70 personas neófitas en la materia que meditaron ocho horas diarias y conseguimos un nivel de concentración altísimo, lo que se deriva en efectividad, autoestima y alegría en las tareas: creo que pronto veremos revolucionado el mundo del trabajo.
¿Alguna conclusión?
Ciencia y espiritualidad están dándose la mano, no para convertirse ni para conquistarse, sino para aprender una de otra, y eso no tiene precedentes
Fuente: m.elmostrador.cl

Violencia y masculinidad

 

Por qué la masculinidad se transforma en violencia. La reconocida antropóloga Rita Segato es referente internacional en el estudio del machismo y de los violadores. Habla de los mandatos sociales que se vuelven un búmeran contra las mujeres

Rita Segato es una antropóloga argentina que trabaja en el campo del feminismo y que ha producido material esclarecedor sobre la ideología del macho y la mentalidad de los violadores. Esto último como resultado de un extenso trabajo de investigación que realizó en la Penitenciaría de Brasilia. Hace pocos meses se jubiló como profesora en la Universidad de Brasilia y como investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones de Brasil.

Está en Córdoba invitada por el Centro de Intercambio y Servicios para el Cono Sur Argentina (Ciscsa), para participar del Seminario-Taller “Mujeres y Ciudad: (In) Justicias Territoriales”, que se desarrolla hoy y mañana en la Ciudad Universitaria.

–¿Cómo es la ideología del macho?

–Aquello que hace pensar al hombre que si él no puede demostrar su virilidad, no es persona. Está tan comprometida la humanidad del sujeto masculino por su virilidad, que no se ve pudiendo ser persona digna de respeto, si no tiene el atributo de algún tipo de potencia.

–¿Cuáles son esas potencias masculinas?

–No sólo la sexual, que es la menos importante, también la potencia bélica, de fuerza física, económica, intelectual, moral, política. Todo esto está siendo concentrado por un grupo muy pequeño de personas y hoy el hombre es una víctima también del mandato de masculinidad.

–¿Cómo se relaciona esto con la violencia hacia las mujeres y el aumento de femicidios?

–En el brote de violencia que tenemos (en Argentina, el mes de abril ha sido tremendo) la primera víctima son los propios hombres, pero no lo saben porque no consiguen verse o colocarse como víctima, porque sería su muerte viril. Lo que llamo mandato de masculinidad, es el mandato de tener que demostrarse hombre y no poder hacerlo por no tener los medios. El paquete de potencias que les permite mostrarse viriles ante la sociedad lleva a la desesperación a los hombres, que son victimizados por ese mandato y por la situación de falta absoluta de poder y de autoridad a que los somete la golpiza económica que están sufriendo, una golpiza de no poder ser por no poder tener.

–¿En dónde se restaura la potencia?

En la violencia contra las mujeres. Es un problema de toda la sociedad, no sólo de las mujeres. No hay espacios donde se pueda pensar cómo se podría restaurar de otra manera la autoridad, la potencia, la moralidad, la soberanía de las personas –muy fundamentalmente la de los hombres– frente a la golpiza económica. La situación es tan inestable, tan azarosa, que hay que ser alguien con gran riqueza, con grandes medios para no percibir esa precariedad de la existencia. Y la precariedad de la existencia lleva a la violencia.

–Una forma masculina de restaurar esa potencia es la violencia contra las mujeres, pero hay otras, se ve en las canchas de fútbol.

–Sí, el hecho de tirar por la borda a un hombre en un estadio, es violencia de género en el sentido de violencia viril y no pasó sólo en Argentina, en Perú hubo un caso igual. Cuando se ve esa regularidad de los síntomas, es que hay un mal instalado en la sociedad. Lo llamo violencia de género porque tiene que ver con el mandato de masculinidad, que es un mandato de violencia.

–¿Cómo es la ideología ­feminista?

–Es aprender a respetar lo que nos enseñaron a no respetar. O sea, aprender a ver en la otra mujer un sujeto moral sin que tenga que demostrar que lo es. Nosotras, cada día que salimos a la vida, a la calle, que salimos a circular bajo la mirada del otro, tenemos que hacer un esfuerzo cotidiano por demostrarnos ante el mundo como sujetos morales. Nuestra moralidad es siempre, siempre, sospechada.

–¿Cuál es la sospecha?

–La sospecha es que somos sujetos inmorales. Nosotras lo hacemos de forma automática: cuando nos miramos al espejo y pensamos si nos ponemos una blusa ajustada o suelta, a eso lo hacemos de manera indolora e incolora porque no nos damos cuenta de todos los cálculos que realizamos todos los días sobre cómo nos vamos presentar bajo la mirada del otro, para que el otro nos vea como sujetos morales. En cambio, el hombre lo hace para ser visto como sujeto potente y esa es una gran diferencia.

–¿Qué es ser una mujer?

–Ser una mujer común y normal, es ser una mujer que es consciente de todo lo que la constriñe, porque esos automatismos no son conscientes. Las feministas tienen una visión política de este constreñimiento y quieren deshacerlo, quieren liberar a las más jóvenes. Muchas de las fotos de víctimas de violación y femicidio representan la feminidad y esto es percibido como un desacato por el sujeto que necesita probar su potencia.

Por eso digo, después de años de entrevistar a violadores en la Penitenciaría de Brasilia, que el violador es un moralizador: es alguien que percibe en la joven libre un desacato a su obligación de mostrar capacidad y control. Ahí está el nudo de la cosa.

Ese nudo debe ser deshecho y esto tiene que suceder en la sociedad, con el trabajo de hablar, de conversar, de entender lo que nos está pasando. No puede ser solamente trabajado en el campo jurídico y mucho menos con jueces que no tienen la menor noción.

El cerebro violador

Conclusiones de Segato luego de trabajar con violadores en Brasil.

– La violación es un acto de moralización: el violador siente y afirma que está castigando a la mujer por algún comportamiento que él entiende como un desvío, un desacato a una ley patriarcal.

– El violador no está solo, está en un proceso de diálogo con sus modelos de masculinidad, está demostrando algo a alguien que es otro hombre y al mundo a través de ese alguien.

– El problema no es un violador como un ser anómalo. En él irrumpen determinados valores que están en toda la sociedad.

– El violador es el sujeto más vulnerable, más castrado de todos, el que se rinde a un mandato de masculinidad que le exige un gesto extremo, un gesto aniquilador de otro ser para sentirse hombre.

Espacio público opresor

Rita Segato entiende que “la calle es entrar en el espacio de la mirada del otro sobre mí, es ofrecerse a la mirada pública. Desde que somos chicas hay una incomodidad en ese espacio, el hombre se ve presionado a violar con la mirada, con piropos incómodos”.

“A las mujeres nos oprimen en el espacio público, siempre fue y es así. Lo que pasa ahora con este brote de femicidios, es que eso se ha transformado en un peligro de muerte. Es un proceso que fue creciendo gradualmente, las condiciones fueron dadas para esa escalada que transformó una incomodidad de la vida de las mujeres en peligro de muerte”, explica.

Propone que “hay que reducir el caldo de cultivo, revisar lo cotidiano, se tiene que combatir con un diálogo abierto en la sociedad, en todos los espacios, no solamente en las escuelas”.

 

Por: Josefina Edelstein

Publicado en: http://www.lavoz.com.ar

 

Pasión por la ciencia

 

La pasión por la ciencia y el deseo de contarle sus avances a todo el mundo son dos sentimientos que han ido parejos en figuras como Stephen Jay Gould, Isaac Asimov, Carl Sagan o George Gamow, algunos de los grandes divulgadores científicos de todos los tiempos.

Isaac Asimov (1920-1992)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-asimov

Asimov, dibujado por la ilustradora de ciencia ficción Rowena

Niño superdotado, Asimov empezó sus estudios universitarios con tan sólo quince años. Llegó a ser profesor de bioquímica pero, en cuanto tuvo la oportunidad, dejó la docencia e inició su productiva carrera como escritor científico: publicó más de 500 libros, alternando entre la ciencia ficción y la divulgación.

«La ciencia es una sola luz, e iluminar con ella cualquier parte es iluminar con ella el mundo entero»

«Yo no quería investigar, quería escribir», confesó en su autobiografía. Escribiendo ciencia ficción concibió las tres leyes de la robótica que aparecieron por primera vez en el relato “Runaround” (1942), publicado en la revista Astounding Science Fiction, y que luego desarrolló ampliamente en “Yo, Robot” (1950).

Borroneando su primera pieza de no ficción, dedicada a la hemoglobina, descubrió, para su sorpresa, «que escribir un artículo así me llevaba menos tiempo y era más fácil y mucho más divertido que una pieza de ciencia ficción». En 1954 salió a la luz su primer libro de divulgación: “The Chemicals of Life”, redactado en solo seis semanas. Al principio su público objetivo eran los adolescentes: «Creo que son los que más necesitan una introducción a la ciencia. Una vez que pasan de los dieciocho es más difícil influirles», aseguraba.

Roger Penrose (1931)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-penrose

Roger Penrose, en 2011. Créditos: Biswarup Ganguly

Profesor de Matemáticas Aplicadas en la Universidad de Oxford y estudioso de los agujeros negros, Roger Penrose está considerado como uno de los científicos que más ha aportado a la Relatividad General desde Einstein. Entre sus muchas contribuciones a la geometría y a la física teórica, en 1965 probó juntó al físico Stephen Hawking que las singularidades del espacio-tiempo (como las de los agujeros negros) pueden formarse a partir del colapso de inmensas estrellas moribundas.

«No puede existir inteligencia sin comprensión»

Penrose ha dedicado además gran parte de su ingenio a las matemáticas recreativas y las paradojas. Pero son sus trabajos acerca de la ciencia de la mente los que le han convertido en una celebridad dentro del mundo científico.

En “La nueva mente del emperador” (1989), Penrose defiende que hay facetas del pensamiento humano que nunca podrán ser emuladas por un ordenador. Y para defenderlo condensa una amplia gama de conocimientos científicos, que van desde la máquina de Turing hasta la entropía o la estructura del cerebro. Todo ello con una lucidez y claridad que permiten a cualquier profano entender sus textos.

Richard Feynman (1918-1988)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-feynman

Richard Feynman, en 1984. Crédito: Tamiko Thiel

Feynman solía increpar a sus alumnos diciéndoles: «Enamórate de alguna actividad y ¡practícala!». Y, sin duda, él mismo predicó con el ejemplo. Enamorado de la física, ayudó a construir la bomba atómica, creó un modelo para la interacción débil (una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza), emprendió trabajos precursores de la nanotecnología y ganó en 1965 el Nobel de Física por sus trabajos en física cuántica, que ayudaron a entender el comportamiento de las partículas elementales.

«Hay que tener la mente abierta. Pero no tanto como para que se te caiga el cerebro»

Y no acaba ahí la cosa. Además, el físico neoyorquino fue una de los primeros en proponer la idea de las computadoras cuánticas; y dirigió la comisión que demostró que la explosión del transbordador Challenger en 1986 fue debida a un equipo defectuoso y no a un error humano.

Pero Feynman está en esta selecta lista porque consiguió contagiar como pocos su pasión por la física. Su capacidad pedagógica y comunicativa es considerada por muchos la máxima demostración de su genialidad. Sus divertidas clases y charlas, publicadas e incluso grabadas para la televisión, siguen inspirando a nuevas generaciones de científicos y acercando al público general la ciencia más compleja.

Stephen Jay Gould (1941-2002)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-jay-gould

Stephen Jay Gould, en 1982. Crédito: Museum of Natural History

Considerado por muchos el mejor paleontólogo del siglo XX, este reputado profesor de la Universidad de Harvard completó las teorías de Darwin con nuevas hipótesis. Pero también simultaneó la investigación con la divulgación científica.

«No hay nada que limite más la innovación que una visión dogmática del mundo»

El libro que lo lanzó a la fama fue “El pulgar del panda”, con el que obtuvo el premio American Book Award. En sus páginas, y partiendo de esa rareza de la naturaleza (el extraño falso pulgar de los osos panda) logró explicar magistralmente los mecanismos naturales de la evolución.

La mejor estrategia de Gould fue siempre apelar a la curiosidad natural de sus lectores. Así, explicaba los conceptos más complejos de la biología a partir de preguntas como ¿por qué ningún animal se desplaza sobre ruedas?, o ¿cómo pueden algunas moscas desarrollar patas en la boca?, o ¿las cebras son blancas con franjas negras, o negras con franjas blancas?

George Gamow (1904-1968)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-gamow

George Gamow, hacia 1950. Crédito: American Institute of Physics

Imaginación sin pérdida de rigor eran los ingredientes que empleaba George Gamow para explicar la relatividad y la teoría cuántica en libros como “El Sr. Tompkins en el País de las Maravillas” (1940), cuyo protagonista es un banquero que asiste a conferencias sobre problemas de la física moderna. Y es que la compleja física teórica parecía un juego de niños cuando la contaba este científico ruso, que además de divulgar pasó buena parte de su carrera estudiando el Big Bang y la formación de las estrellas.

«Así que solo estoy sentado y esperando, escuchando, y si llega algo interesante, simplemente me incorporo»

Gamow pretendía que las ideas correctas de espacio, tiempo y movimiento, que la nueva ciencia había alcanzado «tras investigaciones tan largas como complejas», se convirtieran en un patrimonio común con el que cualquier persona de a pie estuviera familiarizado. Y por eso ganó el premio Kainga, concedido por la UNESCO. Su texto “Un, dos, tres… Infinito” (1947) aún es popular hoy, ya que combina de un modo original y brillante conceptos de matemáticas, biología, física y astronomía.

Mary Somerville (1780-1872)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-sommerville

Mary Sommerville, retratada en 1834 por Thomas Phillips. Crédito: National Gallery of Scotland

Entre las mujeres que han divulgado la ciencia, la británica Mary Somerville ocupa un lugar destacado. De hecho, se le apodó la reina de la ciencia. Aunque fue una observadora nata, su interés por la ciencia nació de manera casi, casi accidental. De adolescente, su profesor de pintura le explicó que “Los Elementos” de Euclides permitían entender la perspectiva, pero también la astronomía. Ni corta ni perezosa, empezó a estudiar a Euclides por su cuenta. Y las matemáticas se quedaron con ella el resto de su vida.

«A veces encuentro dificultades en los problemas matemáticos, pero mi vieja terquedad persiste. Y si no lo consigo hoy lo abordo de nuevo al día siguiente»

Cuando en 1831 la Sociedad para la Difusión del Conocimiento Útil le pidió que tradujera “La Mecánica Celeste”, del francés Laplace, Somerville no solo tradujo las palabras al inglés, sino al lenguaje común. Poco después se atrevió a escribir “Sobre la conexión de las ciencias físicas” (1834) , un libro en el que hizo hincapié en la interdependencia creciente entre las diferentes ramas de la ciencia y sugirió la posibilidad de que existiera otro planeta más alejado que Urano (poco antes de que se descubriera ese planeta: Neptuno).

Somerville trató con grandes científicos como Laplace, Poisson, John Herschel, Ada Lovelace o Charles Baggage, que por aquel tiempo inventaba las máquinas calculadoras programables. Fue miembro de la Real Sociedad Astronómica, de la Real Academia Irlandesa y de la Sociedad Americana de Geografía y Estadística.

Richard Dawkins (1941)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-dawkins

Richard Dawkins, en 2008. Crédito: Mike Cornwell

Si hay una obra imprescindible para entender la evolución esa es “El gen egoísta” (1976). El primer libro del biólogo evolucionista Richard Dawkins consigue explicar el papel que juegan los genes en la evolución, describiendo cómo compiten y, a la vez, cooperan en la generación de la diversidad biológica.

«Prefiero no establecer una separación clara entre la ciencia y su divulgación»

Tan claro tenía que investigar y divulgar debían ir a la par que, además de convertirse en profesor del Departamento de Zoología de Oxford, logró ser el primer titular de la cátedra para la Comprensión Pública de la Ciencia de esa universidad. En una entrevista explicó así su vocación divulgadora: «La comprensión científica del mundo, del universo –y en mi caso, especialmente de la vida– es tan inmensamente excitante, emocionante, poética, maravillosa, que sería una lástima enorme si alguien se fuese a la tumba sin haber podido apreciarla. Por eso siento un tremendo deseo de enseñar a la gente lo maravillosa que es la ciencia.»

Dawkins considera que la mezcla de asombro y admiración es lo que impulsa a los científicos a averiguar todo lo que se pueda sobre el funcionamiento del mundo. Y ha defendido a ultranza que la ciencia ofrece mejores respuestas que las religiones y creencias. De hecho, Dawkins combate activamente el creacionismo y se le considera la máxima figura actual del ateísmo militante.

Carl Sagan (1934-1996)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-sagan

Carl Sagan en “Cosmos” (1980). Crédito: PBS

A través de la serie televisiva “Cosmos, este astrofísico logró transmitir como nadie su asombro ante el universo a 400 millones de personas de más de 60 países. Fue un divulgador nato que hizo que el mundo entero mirara al cielo con curiosidad sobre las galaxias, las nebulosas, los sistemas solares, los planetas, etc. Además de su éxito televisivo, Sagan ganó el Premio Pulitzer de 1978 de Literatura General de No Ficción por “Los Dragones del Edén”.

«Después de todo, cuando estás enamorado, quieres contarlo a todo el mundo. Por eso, me parece aberrante que los científicos no hablen al público de la ciencia»

Sagan fue profesor de Astronomía y Ciencias Espaciales en la Universidad de Cornell e investigador en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) del Instituto de Tecnología de California. Participó en las primeras misiones del programa Mariner de la NASA a Venus, e incluso dio instrucciones a los astronautas del programa Apollo antes de partir hacia la Luna.

Defensor acérrimo de la búsqueda de vida alienígena, Sagan preparó los mensajes (potencialmente comprensibles para cualquier inteligencia extraterrestre) lanzados al espacio exterior en la sonda espacial Pioneer 10 (1972) y en las sondas Voyager (1977). También fue suya la idea de que la Voyager 1, a 6.000 millones de kilómetros, girase su cámara y tomase en 1990 la famosa fotografía de la Tierra como “Un punto azul pálido”. Y es que siempre quiso ponernos en nuestro lugar en el Universo: «Somos seres pequeños, a medio camino en tamaño entre un átomo y una estrella; somos vulnerables», dijo una vez en televisión.

Oliver Sacks (1933-2015)

BBVA-OpenMind-grandes-divulgadores-sacks

Oliver Sacks en 2009. Créditos: Steve Jurvetson

Este médico, neurólogo y profesor universitario londinense, fallecido el pasado agosto, fue un entusiasta divulgador científico. Los libros de Sacks, el poeta de las neuronas, explican el cerebro de un modo creativo que ha cautivado a todos los públicos y que ha instruido incluso a muchos médicos.

«Hablamos no solo para explicarles a otros lo que pensamos, sino también para contarnos a nosotros mismos lo que pensamos»

De sus 30 años dedicados a divulgar la neurociencia destacan tres obras, todas ellas basadas en las historias de sus pacientes, narradas con un innegable talento literario. En “Un antropólogo en Marte” (1995) describió casos clínicos de autismo, párkinson, alucinación musical, epilepsia, síndrome del miembro fantasma, esquizofrenia o alzhéimer. Otro libro suyo, “Despertares” (1973), basado en un grupo de enfermos con casos raros de encefalitis, se hizo popular cuando fue llevado al cine en una película protagonizada por Robin Williams y Robert De Niro en 1990.

Pero su mayor bestseller fue “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero” (1995). De este libro escribió un crítico: «Oliver Sacks empieza donde muchos informes psiquiátricos terminan… Con la intensidad orquestal de su prosa e ideas, partiendo de una profunda compasión, Sacks juega con nuestras experiencias rutinarias para conducirnos por las maravillosas aventuras de la mente».

 

Publicado en: http://www.bbvaopenmind.com

Elena Sanz, para Ventana al Conocimiento

 

 

Seamos…

 

Seamos solo un dulce amor platónico. 

No te toco. No me tocas.

No te hiero. No me hieres.

Ni me alejo, ni te acercas.

Solo la distancia necesaria para seguir sintiéndonos.

No te tengo. No me tienes.

Sí. Me importas.

Anteriores Entradas antiguas