Tu sensualidad y tu sexualidad

Tu sensualidad y tu sexualidad como regalo­­­

¿Quieres potenciar tus relaciones contigo? ¿Y con tu pareja? ¿Deseas aumentar tu autoestima? ¿Sería un logro para ti vencer tu timidez y encontrar más recursos a la hora de relacionarte y expresar tu  intimidad?danza-corazon

Un taller para conectar con:

  • tus emociones y tu intimidad,
  • la esencia de tu sensualidad,
  • el potencial de tu sexualidad.

Mediante ejercicios y diversas técnicas vas a acercarte de manera  sutil al placer y a la escucha de tu cuerpo en todas sus dimensiones.

 

 

Un don para empezar el año radiante

 

A QUIEN VA DIRIGIDO:

A cualquier persona que desee desplegar su sensualidad y sexualidad y navegar por estos universos maravillosos.

Se puede participar de manera individual o en pareja. No es necesaria experiencia previa. En el centro dispondremos de esterillas de yoga, aunque puedes traer la tuya. Trae ropa cómoda.

CON QUIEN:

Maranta Rubiera es maestra de yoga especializada en pranayama. Imparte talleres de respiración sensual y de sexualidad creativa a nivel internacional. Es autora de la novela «Hembra», (Premio xPlora de Valencia), así como conductora del programa de radio mexicano «Sexo Nómada«.

Yolanda Jiménez es Terapeuta transpersonal especializada en Terapia Gestalt y Facilitación de Procesos. Trabajadora Social y Socióloga. Ejerce la terapia a nivel individual y grupal. Imparte talleres de crecimiento personal. Facilitadora PSCHY-K.

DÓNDE Y CUÁNDO:

El sábado 28 de enero, de 16:30 a 20:30 horas. En la sala “Emocionarte”. Calle Marqués de Urquijo, 40. Puedes encontrar toda la información en la página: www.yolandajimenezescritora.wordpress.com

 

INVERSIÓN:

40 euros. Si reservas antes del día 23 de enero o si vienes acompañado, 35 euros cada uno. Plazas limitadas. Reservas o más información en: jimenezyola@hotmail.com  o por teléfono: 659.673.216

Generar vínculos o comprar compulsivamente. La diferencia de la felicidad

 

ROBERTA PALTRINIERI. SOCIÓLOGA ITALIANA. Defensora de la idea de “felicidad responsable”. Apuesta por las relaciones humanas saludables y afectivas como fórmula para salir de cualquier crisis.

«La gente feliz genera vínculos; la infeliz, compra compulsivamente»

Un buen día la socióloga Roberta Paltrinieri dejó de mirar vidrieras. Repasó sus hábitos de consumo y no volvió a comprarse ropa, entre otras costumbres que ad7ba38c1ad50d7ea69053ae976842d8abandonó. “Fue un viaje al interior de lo que sucedía en la crisis de la sociedad de la abundancia que me llevó a mí y a quienes me rodean a tomar conciencia”, dice Paltrinieri, doctora en Sociología y profesora de Sociología del consumo en la Universidad de Bologna, la más antigua del mundo occidental. Fue así como se propuso orientar su vida y la de su familia hacia una felicidad responsable, término con el que bautizó a su último libro. “Mi materia de estudio surge de mi autorreflexión sobre mi comportamiento cotidiano y el de mi familia -se sincera-. Y decidimos iniciar, como pequeño núcleo, una búsqueda de comportamientos de consumo sostenible.” Sus hijos -de 8 y 12 años- crecen sabiendo que no deben derrochar agua, que la basura se debe separar según su materia prima -orgánica, papel, plástico, vidrio- y que el trueque con otras familias es divertido, sustentable y sienta bien. “Mi vida no se ha empobrecido. Como docente empleada pública, es cierto que tengo mi sueldo congelado desde hace tres años, pero también cuento con la seguridad de que mes a mes recibo mi paga. Admito que no he sentido la crisis que veo a mi alrededor, pero esto no implica que en mí no se hayan activado modos de investigación para dar con formas más virtuosas de consumo”, dice la socióloga que también dirige el Centro de Estudios Avanzados sobre el Consumo y la Comunicación del Alma Mater Studiorum de la Universidad de Bologna y es parte de la Research Network Sociology of Consumption. Y allí fue Paltrinieri detrás de la felicidad responsable que, según ella, “es un modo distinto de pensar el bienestar individual y colectivo. Es la superación de un modelo cultural que hizo del ‘Consumo, luego existo’ el leitmotiv de los últimos treinta años, a favor de un modelo cultural que valorice las relaciones antes que los símbolos de status”.

¿Dónde busca la sociedad de hoy la felicidad?


Desde el punto de vista aristotélico, el concepto de felicidad se refiere a la obtención del placer a través de una acción. Sobre la base de esta dimensión aristotélica se ha ido construyendo la sociedad de consumo. En este sistema, a través de los objetos de consumo, los hombres deberían obtener aquel placer que, de algún modo, se presupone para una cierta felicidad. La sociedad del consumo como nosotros la conocimos en Europa, desde la posguerra, es decir desde los años ‘50 hasta los inicios de esta crisis en 2008, prometió la obtención del placer basándose paradojalmente en mecanismos que producen constantemente infelicidad. Desear comprar ha sido un imperativo para la sociedad de consumo europea. Consumir y desear seguir haciéndolo por más que se posean ya muchos bienes. El problema no es la posesión de bienes sino la insaciabilidad: una promesa constante de algo que se debe desear y que una vez obtenido no da satisfacción y por eso reenvía a la necesidad constante de continuar en este accionar. De aquí nacen los procesos de consumo compulsivo. La sociedad europea y la norteamericana son sociedades enfermas desde el punto de vista de la compulsividad, porque a través de este acto se intenta calmar un ansia que está dentro nuestro y que es el estado existencial de la subjetividad en una sociedad que progresivamente ha hecho desaparecer otras formas del placer.

Con este diagnóstico, ¿hoy es posible ser feliz?


Es necesario superar la dimensión instrumental del bienestar individual para estimular un nuevo modelo que ponga en el centro el bienestar colectivo entendido como relación que desarrolla confianza, reciprocidad. Las sociedades felices son las que producen relaciones, vínculos. Las infelices son las que en el lugar de las relaciones venden productos. En síntesis: la gente feliz genera vínculos; los infelices compran compulsivamente.

Usted ha señalado que la felicidad y el bienestar no han sido medidos adecuadamente.


El primer texto que intenta superar la idea del PBI como único indicador del bienestar es el estudio que el ex presidente francés Nicolás Sarkozy encargó en 2008 al economista Joseph Stiglitz, donde se utiliza una serie de indicadores que arrojan luz sobre cómo medir el bienestar. A partir de esto, en Italia hemos desarrollado el índice de Bienestar Equitativo Sostenible -Benessere Equo e Sostenibile (BES)-. Es interesante porque hace foco en el bien relacional. De algún modo dice que la tutela del ambiente y las relaciones son fundamentales para medir el bienestar. Un elemento fundamental que está en la base de este nuevo modelo que estoy intentando promover de la felicidad responsable es la dimensión de la participación. Personas que participan en términos activos dentro de la propia comunidad son personas más felices.

¿Cómo se hace para hablar de bienestar colectivo en una sociedad de tanta desigualdad?acariciar-el-agua


El modelo económico al cual nos ha habituado la sociedad de consumo es un modelo en el que lo determinante es el bienestar individual medido económicamente. El verdadero problema es que se debe correr el bienestar individual al bienestar colectivo. De hecho, las personas no viven solas, aisladas. Pero la verdadera posibilidad de producir bienestar colectivo nace de la posibilidad de producir bienes relacionales. Una cosa importante en el interior de una comunidad para desarrollar el bienestar no es tanto el dinero cuanto una buena cualidad de las relaciones humanas. El bienestar colectivo debe ser producido a través de las relaciones humanas cualitativamente buenas. Bienes relacionales producen confianza, intercambio, reciprocidad. Las relaciones se vuelven importantes también en términos de desigualdad: si yo produzco relaciones dentro de un sistema, produzco formas de solidaridad y la forma de solidaridad produce cohesión social. Donde existe la desigualdad se pueden activar estos mecanismos de la solidaridad. Si produzco individualismo, no produzco cohesión social.

Da la sensación de que en la sociedad actual sólo participan activamente los que tienen tiempo o los que abrazan una causa y militan a favor de ella. ¿Cómo se crea esta conciencia de responsabilidad compartida en el ciudadano medio?


En Italia no estamos en una fase ascendente de la democracia sino decreciente. Crisis de gobernabilidad, altos niveles de desconfianza, temas que tal vez le resulten familiares a usted … Por eso es necesario crear un nuevo pacto de confianza. Y la responsabilidad social compartida como respuesta a la crisis nos compete a todos. Tenemos que dar el salto hacia una teoría colectiva de las relaciones. Buscar cómo podemos responder a la crisis a través de nuestras capacidades específicas.

¿Cuál es hoy la principal característica del comportamiento social?


Hoy es difícil hablar de una teoría del accionar colectivo porque de hecho vivimos en una sociedad donde los procesos de socialización retrocedieron en su capacidad de orientar las relaciones. Hoy más que nunca, en esto veo también el reflejo del paradigma económico neoliberal dominante, hablamos de sujetos individualizados. De hecho, el hombre está cada vez más solo y debe responder a los desafíos de una sociedad global. Hemos perdido los valores normativos que nos orientaban. Es como si el individuo tuviera constantemente que reflexionar sobre las propias acciones. Disminuyó la mediación de la estructura. En el pensar, el comportamiento social ha retrocedido. Esto quiere decir que no hay más un cuadro normativo de referencia sino que hay que proceder por autorreflexión. Se trata de una constante necesidad de encontrar dentro de sí las fuerzas, las capacidades para responder a la emergencia o a la urgencia que el ámbito social le impone.

En usted la crisis fue una ocasión para repensar su comportamiento como consumidora. La idea de crisis como oportunidad, ¿se puede aplicar a todas las clases sociales?


Es claro que desde un punto de vista sistémico esto puede ser una oportunidad para las clases medias y altas de reflexión para repensar el propio comportamiento. Por una cuestión de insostenibilidad, es preciso pensar en un nuevo modelo para la sociedad de consumo tal como la conocemos hasta ahora. Es claro que no tienen la misma posibilidad los sectores medio y bajo que hoy están experimentando un gran desgaste. La crisis como oportunidad también nos enfrenta al problema de la desigualdad. En Italia, como seguramente también sucede en Argentina, lo que está sucediendo respecto del pasado es que estamos viendo que los mecanismos del ascenso social ligados, por ejemplo, a la instrucción, no funcionan más. Mientras en el pasado era normal que el hijo del campesino o del obrero se convirtiera en médico, hoy ese ascensor social ya no existe. Estamos asistiendo a una autorreproducción de las castas y ya no hay mecanismo de movilidad ascendente entre generaciones. Es lo ineludible de un destino: los hijos de las clases bajas no tendrán posibilidad de superar su propio status. Las nuevas generaciones están experimentando condiciones de vida peores que las de sus padres.

¿Esto es válido para ricos y pobres?bueno


Sí. El elemento central en este proceso de pobreza es que los hijos de las clases sociales medias-altas, los hijos de la burguesía, también experimentan condiciones de vida peores que las de sus padres. Yo estoy segura de que, si mis hijos no se van al exterior y se quedan en Italia, no tendrán la condición de vida ni las oportunidades que he tenido yo.

Desde la mirada argentina, es como si Europa, aquel Primer Mundo de nuestro imaginario, estuviera descubriendo algo que nosotros, lamentablemente, ya conocemos en carne propia en materia de crisis.


En realidad lo que muchos países latinoamericanos, Argentina en primer lugar, han experimentado como técnicas de supervivencia en un mundo globalizado -siempre a favor de un Primer Mundo que como consecuencia de este intercambio desigual venía favorecido-, hoy se convirtieron en las técnicas que estamos observando para responder a nuestra propia crisis. Los argentinos nos pueden enseñar mucho al respecto.

 

Por: Marina Artusa

Fuente: www.clarin.com

 

Sensualidad y ciclo reproductivo

 

La fotógrafa autodidacta Alexandra Sophie explora, a través de esta original serie, las diferentes etapas en la vida de una mujer a lo que sexualidad y maternidad se refiere. El resultado, un trabajo estimulante, simbólico y, a nuestro parecer, muy bonito e inspirador. Para seguir explorando por su universo, aquí está su página: Sophie Alexandra.

 

 Virginidad

woman culturainquieta

Menstruación

woman culturainquieta1

 

Embarazo

woman culturainquieta2

 

Sexualidad

woman culturainquieta3

 

Fertilidad

woman culturainquieta5

 

Maternidad

woman culturainquieta6

 

Despertar sexual

woman culturainquieta7

 

Lactancia

woman culturainquieta8

 

Fuente: culturainquieta.com

Via  Design Your Trust

 

 

Noticias importantes para el cambio. Las caricias son tan necesarias como la comida o la bebida

Juan Peláez Gómez

Las caricias son tan necesarias como la comida o la bebida

Steiner cree que los hombres todavía tienen que aprender a decir

Interesante entrevista el psicólogo Claude Steiner, protagonista del Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar, defiende la importancia de identificar y controlar las emociones para obtener efectos positivos de ellas. Anima a las personas a acariciarse, con el tacto y con las palabras, y a expresar sus sentimientos sin miedo para ser felices.

Claude Steiner nació en Francia, pero su familia es de origen austriaco, estudió en Estados Unidos y vivió durante mucho tiempo en México. Considerado uno de los padres del análisis transaccional y de la psiquiatría radical, Steiner ha estudiado en profundidad la relación entre la información racional y las emociones, y cómo éstas influyen en la vida de las personas. En sus conferencias, es capaz de conseguir que el público intercambie “caricias” en forma de halagos.

Ver la entrada original 862 palabras más

La inteligencia inteligente

Juan Manuel Opi, psicoterapeuta transaccional. Tengo 70 años. Nací en Villanueva de Sijena (Huesca) y vivo en l’Arboç (Baix Penedès). Soy consultor y formador de directivos. Estoy divorciado y tengo tres hijos (40, 38 y 35) y 4 nietos. ¿ Política? Humanismo: confío en la persona. Soy agnóstico. La felicidad es una decisión y una acción

‘Inteliciencia’

Siendo un simple labrador, el principal sueño de Opi era pisar una oficina con moqueta. Superó muchos retos y alcanzó su sueño, diplomándose en Marketing y Dirección de Empresas. Y después se planteó otro objetivo, más allá de sumar cargos y dinero: ser feliz. Y lo ha logrado también, mediante su aprendizaje como psicólogo clínico y máster en Análisis Transaccional. Sus conocimientos, que pronto aplicarán varias corporaciones, los resume ahora en el libro La inteligencia inteligente (Códice), un manual para descubrir si usamos de modo inteligente nuestra inteligencia, y también una guía de inteliciencia (inteliciencias.com) para aprender a hacerlo.

imagina

Qué es inteligencia inteligente?

La inteligencia orientada a proporcionarte felicidad más que otras cosas.

¿Qué cosas?

Resolver ecuaciones, aprobar exámenes, cursar carreras, alcanzar metas, ganar mucho dinero…

¡Lo que no está mal, perdone!

Está bien si eres feliz, pero si eres infeliz… ¿es inteligente esa inteligencia? ¡No!

Entonces… ¿hay una inteligencia tonta?

Si alguien es muy inteligente para muchas cosas pero no es capaz de ser feliz… ¡poco valor tiene esa inteligencia!

¿La medida de la inteligencia… es la felicidad?

Eso sostengo. Es más inteligente quien más feliz consiga ser.

¿Quién es la persona más inteligente que ha conocido?

Quizá cierto campesino… como lo fui yo mismo hasta los veinte años. Hoy soy un campesino en excedencia… O quizá uno de mis educadores, llamado Portuondo.

¿Por qué lo dice?

Por su actitud mental positiva, siempre a favor de la felicidad. Me enseñó a desterrar la queja: si algo te sale mal, ¡el fracaso es culpar a otros! Y me enseñó más cosas.

¿Qué cosas?

Que siempre está soleado, que siempre puedo gozar de cada momento. Y que eso sólo dependerá de que yo lo decida.

¿La felicidad es una decisión?

Lo es: una decisión y una acción. Si una noche el cielo está nublado, mediante mi imaginación decido ver las estrellas que están brillando detrás de las nubes. ¡Y las veo!

¿La imaginación es inteligencia?

La imaginación bien guiada es muy inteligente; mal guiada, conduce a fobias, neuras y miedos. ¡La buena noticia es que puedes guiarla en tu beneficio!

¿Por ejemplo?

Imagina que… ¡lo que quieras! Y actúa en consecuencia. Con la imaginación puedes curar la timidez, el miedo a hablar en público, a volar, las fobias… Y así aprendí a ser un buen vendedor, ¡con lo tímido que yo era!

¿Qué debe tener un vendedor para ser bueno?

Capacidad de escuchar bien: deja hablar a tu cliente y así descubrirás qué le gusta… ¡y por ahí le entrarás y conquistarás!

¿Le fue bien a usted?

Sí, sobre todo porque luego me he dedicado a lo que me interesaba: la formación de personas para que sean felices en sus empresas laborales y relaciones personales.

¿Qué les enseña?

Que todo depende de uno mismo mucho más de lo que uno cree.

¿Sí?

De entrada, tú eliges tu entorno. Selecciona con quién te relacionas en tu vida: ¡aléjate de personas negativas! Y puedes decidir aún más cosas para ser feliz…

¿A ver?

Sé libre, es decir, independiente: aléjate de dependencias. Y, sobre todo, plantéate objetivos. Un objetivo hacia el que dirigir tu vida. Y visualízalo. Y si lo ves… ¡ya lo tienes!

¿Cualquier objetivo?

Mientras sea alcanzable, sí. Y márcate un lapso de tiempo determinado. Así puedes plantearte objetivos pequeños a corto plazo, otros a medio plazo, y uno a largo plazo. Es fundamental tenerlos: prefiguran un camino y dan sentido a tu caminar.

¿Era el caso de Portuondo?

Se le veía satisfecho con su pasado y agradecido por todo, y entusiasta con lo que hacía en cada instante.

 

¿Hay gente incapaz para la felicidad?gotas-de-vida

Todos tenemos la capacidad…, pero no siempre el permiso.

¿Y quién puede dárnoslo?

Cada uno a sí mismo. Quizá de niño te dijeron “no llegarás a nada”, “serás un desgraciado”… y eres fiel a ese guión de vida.

¿Se trata de un mandato inapelable?

Pesa mucho, pero la buena noticia es que ¡puedes cambiarlo! Reescribe tu guión.

¿Cómo?

Viendo lo que sucede y actuando en consecuencia, de acuerdo a esta concluyente máxima: “Si quieres tener algo que nunca tuviste, ¡haz algo que nunca hiciste!”.

Pero somos tan rutinarios, que nos asusta cambiar inercias.

Pregúntate: ¿qué es lo primero que deseo cambiar? Elige algo modestito, imponte un plazo no muy lejano… y actúa. ¡Empieza ya!

¿Cómo sabré que voy bien?

Tendrás una buena pista si compartes tus objetivos con ese entorno que has elegido: ellos te dirán lo que ven…

Y prohibido quejarse, ¿no?

¡Ni quejarse ni hablar de crisis! No soy humilde, pero vivo humildemente: con 1.500 euros al mes, y el resto lo doy. ¡Y soy feliz!

¿Algún truco?

Al levantarme por la mañana, canto. ¡Qué alegría cantar! ¡Canta y verás! Y me propongo un reto para ese día.

¿Y qué hace en su día?

Por la mañana, ejercicio físico. A mediodía, comida y siesta. Por la tarde, actividad intelectual. Me siento armónico conmigo, mi entorno interpersonal y la naturaleza.

 

Fuente: www.lavanguardia.com