Cero

 

 

Cero sobre ceroimg_20220530_111947

Contadores a cero

Restos de cero

Cero a uno

Cero a cero

Cero de cero

Cero.

 

 

©Yolanda Jiménez (Poema y fotografía, tomada en Herculano)

Uno

 

Unoimg_20221022_154638

Uno más uno

Uno y otro

Uno en dos

Dos en uno

De uno en uno

Uno y uno

Uno en uno

Uno.

 

©Yolanda Jiménez. (Poema, dibujos y composición)

Dos

 

Dos elipsesimg_20220622_200105

Dos de dos

Dos cantos

Dos por dos

Dos flancos

De dos en dos

Dos vectores

Dos a dos

Dos a uno

Uno de dos

 

©Yolanda Jiménez. (Poema y fotografía, tomada de la exposición de esculturas en las calles de Vicenza; desconozco su autor/a)

Tres

Tres vecesimg_20220530_174833

Tres peces

Tres tristes tigres

Tres eran las hijas de Elena

Tres patas para un banco

Tres negaciones de Judas

Tres platos en el menú

Tres domingos de otoño

Tres toques de timbre

Tres veces valiente

Tres esperas

Tres churros

Tres porras

Tres besos

Tres lágrimas

Tres latidos

Tres a la una,

Tres a las dos,

Tres a las tres.

©Yolanda Jiménez. (Poema y fotografía, tomada en Pompeya)

Cosas que pasan un domingo cualquiera

Es temprano. Domingo. Otoño. Amenaza de lluvia en el cielo. El paraguas quedó olvidado en un café del centro de la ciudad. Un viaje en metro. Un barrio desierto. Un impulso incontenible. Una incertidumbre certera. Una valentía poderosa. Un encuentro sorpresivo. Un desayuno breve. Un amor estratosferico aterriza un instante. La magia planea en miradas esquivas. Una elegante retirada.

Ovejas, pastores y curiosos llenan las arterias icónicas de la ciudad. Surrealismo urbano. Un corazón acelerado marca tictacs invisibles. Una mujer-fantasma tapada, ocultada, camina vacilante unos cinco metros detrás del hombre; ambos caminan hasta un hotel. Él delante, visible, ella cinco metros detrás le sigue. Por una mínima abertura de su indumentaria se le escapa la mirada. Sus ojos se encuentran con los míos. Tristezas: la suya, la mía, la de muchas mujeres ignoradas, silenciadas, ninguneadas, vilipendiadas. Mujeres quemadas por la inquisición, violadas por los mismos hombres de reputación social, por soldados, religiosos, vecinos, maridos. Arrebatadas de sus derechos por dictadores, por las derechas, las izquierdas, las religiones. Recluidas y prohibidas sus creaciones artísticas. Escultoras, pintoras, escritoras, poetas. Generaciones enteras de mujeres ocultadas. Las sinsombrero se recuerdan hoy en una exposición que reúne unas pequeñas muestras de la grandeza de esas mujeres.

Tristeza hoy en la piel, en el útero, en el corazón, en el recuerdo.

Fortaleza, sororidad, empatía, coraje. Bendecidas por la madre Naturaleza, somos hijas, madres, amigas, trabajadoras, amantes, compañeras, magas, creadoras, mujeres. Y eso me reconforta.

©Yolanda Jiménez (Relato y monotipia)

img_20221003_215846

Otoño en la ciudad

Con la melena húmeda y el paso firme, entró en el café a la hora prevista. Allí se presentaría la revista literaria. Él la miró y se acercó, directo, entusiasmado, halagador. Un absoluto desconocido dispuesto a conocerla. Ella, sorprendida, con sus tiritas invisibles adheridas al alma, pudo sonreír. Le había pasado dos veces en la misma semana. Instantes fugaces, situaciones insignificantes, cargadas de significado. Le bastó recordarlo para sentir todo el poder de su feminidad. Aquella noche caminó bajo la lluvia. En la soledad de sus pasos, vio la fortuna de ser quien era.  La alfombra del otoño pintaba de ocres los adoquines de la ciudad.

© Yolanda Jiménez. (Relato y fotografía)

img_20221020_190600

Desorden trascendental

 

Ordenado el tiempo,img_20220529_102837

los límites, los fluidos.

Todo parce en su sitio,

hay señales irreconocibles,

la arena movediza se desplaza,

ahoga el rostro en las ciénagas de la memoria.

Una vereda construida sobre el aire

Hay viento de almas,

rincones, amantes y suicidas.

En los desiertos desesperados

los seres se transforman

en un desorden transcendental.

 

©Yolanda Jiménez (Poema y fotografía)