Mudar la camisa en un acto de honestidad
convertirse en piloto de espacios infinitos.
Mares de surcos epidérmicos sedientos de oleaje,
aviones de papel vuelan el amanecer.
La sonrisa de las musas invita a escribir braille
sobre el talle desnudo de un burofax rotundo.
Ni siquiera una papelera en una plaza sin nombre
podría contener (como un objeto desapercibido),
el paquete sorpresa que muta a cada instante.
La piel ajada de tantas intemperies,
luce recién pintada, una solana de colores.
Un encantador de serpientes
imagina coreografías
entre el ramaje de un parque.
©Yolanda Jiménez (Poema)
©Imanol Bueno Bernaola (Fotografía)
juanpelaez
May 08, 2024 @ 16:15:33
muy bello.