Mujer entre dos edades
A mi madre, Martina
Me miras,
desde el balcón de tu reloj
de vientre maduro, de ganas de vivir.
Ojos húmedos
de marrones tierra, de texturas de telas
tejida de ternuras, de hijos,
de amor marido, de padres ausentes,
de tardes de huerto
que se diluyen en sudores
y reposos de noches-brasero
donde templar memorias.
Me miras,
desde tu tiempo sin edad,
desde tus ojos serenos.
Me miras
desde tu profunda mujer
habitada en la mía,
heredada de ancestras
preñada de venideras.
Madre, mujer de mil edades
fundida con la mía.
-Yolanda Jiménez-